El cambio climático es un problema crítico para nuestro planeta, y una de las causas que contribuyen a este problema es la industria del cemento. El concreto, a pesar de ser uno de los materiales más comunes en todo el mundo, tiene un impacto ambiental importante debido a la gran cantidad de dióxido de carbono que se genera durante su producción.
De hecho, se estima que esta industria contribuye entre un 4% y un 8% de las emisiones de dióxido de carbono a nivel mundial, colocándose detrás de la quema de combustibles fósiles y la deforestación. Sin embargo, existen iniciativas para reducir este impacto, lo que demuestra que se puede trabajar en conjunto para proteger el medio ambiente.
El concepto se refiere a los diferentes gases de efecto invernadero (GEI), especialmente la emisión de CO₂, que se generan como consecuencia de las acciones y actividades humanas, así como de las diversas operaciones empresariales.
Como indicador, su función es calcular la producción de GEI a nivel global, por lo que es reconocido por su utilidad para entender la dinámica de la generación de gases de efecto invernadero y sus consecuencias con el cambio del clima.
De ahí que calcular y divulgar la huella de carbono sea una medida de sustentabilidad básica en los diferentes procesos que se desarrollan en la construcción, industria que figura entre las más contaminantes del mundo.
El concreto es un material fundamental para el desarrollo urbano debido a su efectividad y adaptabilidad a distintos proyectos. Sin embargo, su producción genera una gran cantidad de emisiones de CO₂, lo que tiene un impacto negativo en el medio ambiente.
Debido a su importancia dentro del desarrollo urbano, cada vez se hace más relevante disminuir su huella de carbono, pues es bien sabido que el proceso químico mediante el que se fabrica es responsable de la generación de altos niveles de GEI.
En la industria de la construcción se presenta un importante reto y al mismo tiempo una gran oportunidad: lograr la neutralidad de carbono durante todo el ciclo de vida de los proyectos, incrementar la eficiencia y circularidad en el uso de los recursos, y promover la adopción masiva de prácticas constructivas sostenibles y resistentes.
En este contexto, algunas de las medidas sustentables que se han implementado con resultados positivos a nivel industrial son las siguientes:
Todas nuestras actividades, sean productivas o de consumo, generan gases que favorecen al calentamiento global, siendo el CO₂ el más nocivo por su capacidad para permanecer centenares de años en la atmósfera e incluso más tiempo en los océanos.
En la escala de riesgo, el CO₂ ha contribuido de forma importante al forzamiento radiactivo (la diferencia entre la radiación solar que recibe la tierra y la que libera de regreso a la atmósfera).
En el ámbito empresarial, la huella de carbono debería calcularse anualmente, con el propósito de garantizar que los recursos sean utilizados de forma apropiada. Lo anterior permitirá generar informes que documenten las acciones de la empresa ante la problemática del cambio climático.
Dicho análisis también puede ser realizado al tomar en cuenta las diferentes actividades de la industria de la construcción.
Esto facilitaría la automatización y el control de recursos, así como una mejor selección de materias primas, con ventajas competitivas en el mercado y un impacto ambiental bajo control.
Reducir la huella de carbono vinculada a la producción de concreto es un desafío fundamental, pensando en las diferentes medidas de sustentabilidad que se pueden aplicar en la construcción.
Algunas empresas han comenzado a implementar acciones encaminadas al cuidado sustentable; como lo es el caso de la empresa de concreto CarbonBuilt, quienes lograron modificar sus fórmulas químicas para que el dióxido de carbono forme minerales dentro de su concreto, bloqueándolo permanentemente, logrando su absorción y minimizando la huella de carbono generada durante el proceso de producción.
Estas iniciativas hacia el cuidado del medio ambiente en la industria de la construcción no solo se limitan a la modificación de procesos y fórmulas, sino que también están incorporando herramientas tecnológicas que les permiten ser más eficientes y responsables con el medio ambiente.
Al incorporar soluciones tecnológicas sostenibles, podemos avanzar hacia una industria de construcción eficiente y ambientalmente responsable.
Entendiendo esta necesidad, herramientas tecnológicas como Arkik ayudan a disminuir el impacto de la actividad constructiva, controlando el desperdicio de materiales y optimizando la producción.